La
clonación de animales de cría o de animales de laboratorio sólo es éticamente
aceptable si se lleva a cabo con estricta consideración del bienestar de los
animales, bajo la supervisión de organismos de control.
La clonación puede definirse como el
proceso por el que se consiguen de modo asexual individuos idénticos a un
organismo adulto.
Con las recientes técnicas de
clonación, la ciencia ha conseguido obviar un paso, hasta ahora infranqueable y
obligado: la fecundación. Lo que parecía ciencia-ficción -como es la creación
de nuevos individuos sexuados fuera del ámbito de la sexualidad, sin fusión de
gametos-, ha quedado demostrado como una realidad certificable.
A día de hoy ya han sido clonados
ovejas, ratones, vacas, cabras y cerdos.
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